Perdida
por Romina de la Fuente
La larga travesía
esconde un secreto
se ve la dama blanca
vestida toda de negro
Flotando entre la niebla,
no existe la aurora,
en sus ojos se ve el descenso,
a la última hora.
Ciclones de penumbra,
lobreguecen sus cabellos,
amargan su rostro,
ya no hay brillo en ellos.
Inocuo todo parece,
pero no hubo maldad alguna,
siempre supe que no era pura,
falsa máscara de amargura.
Y en el ocaso se anida,
pálida y oculta espera,
que su desastrosa esencia
se torne a viva presencia.
Pues es su velo impalpable,
de esa oscuridad penetrante,
¡se fue la blanca dama perdida!,
es sólo un ofusco fantasma sin día.
"Auxíliame de la caída,
busca luz para que sobreviva"
me pide lastimera
se aferra a mi vida.
Y entonces mi mente explota,
y me corazón me dicta a decir:
"¿Qué puedo hacer yo, Alma mía, si también estoy perdida?"
1 comentarios:
Volar, sentirse libre, hallarse sin encontrarse y encontrarse aunque se esté perdido...
Muy bonito.
Un Saludo.
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